visitas

11 septiembre 2010

Las Leonas campeonas del mundo, el orgullo nacional




Por: Luz Ochoa

Las Leonas se coronaron campeonas del mundo por segunda vez en su historia, tras vencer a Holanda por 3 a 1 en la final del Mundial de Hockey disputado en la ciudad de Rosario.

Con las conquistas de Noel Barrionuevo y Carla Rebecchi, en dos oportunidades, el seleccionado femenino de hockey dio la vuelta en su casa y festejó frente a la multitud espectadora que enardecida estalló e hizo vibrar el estadio mundialista.

Una montaña de alegría, de jugadoras emocionadas, una apilada encima de la otra, todas arriba de ella; la más grande de todos los tiempos, la inigualable, Luciana Aymar. Al grito de “dale campeón”, todo anunciaba que Argentina era la nueva reina del hockey mundial, venciendo y destronando a Holanda, nada más y nada menos que en su casa.

Una vez más, Argentina hizo historia. Es que el 11 de septiembre de 2010 se vivió un escenario único en el hockey internacional, dado que un marco celeste y blanco, lleno de banderas, papelitos, bombos y quince mil personas colmaron el estadio e hicieron de la final algo inolvidable para sus protagonistas.

El comienzo de este cuento soñado fue muy emotivo, puesto que al momento de escuchar los himnos, el llanto en algunas jugadoras, como Aymar y Succi, fue conmovedor y se notaba que los sentimientos estaban a flor de piel.

Una vez iniciado el partido, la emoción quedó de lado y la concentración se hizo presente en las chicas del Chapa Retegui, quienes cuidadosas intentaban ordenar sus líneas.

Tanta motivación proveniente del momento que se estaba viviendo, logró que el conjunto local arrase con el equipo dirigido por Hermann Kruis, de manera que llegó rápidamente el gol argentino.

Habían corrido tan sólo tres minutos del comienzo, cuando Carla Rebecchi empujó la bocha hacia el arco rival, luego de una notable jugada de Soledad García, quien de revés asistió a la delantera.

De esta manera, la pronta y parcial victoria era de las celestes y blancas, que no conformes con el rédito obtenido iban por más. El constante ataque argentino se llevó por delante a una selección holandesa que se encontraba desorientada y por ese motivo aumentó la diferencia en el marcador.

Esta vez, el tanto iba a ser por intermedio de un corner corto y a través de la gran ejecutora que tiene el combinado albiceleste, Noel Barrionuevo, quien envió con potencia la bocha a la parte izquierda de la portería naranja, para poner 2-0 arriba a la Argentina.

Ni bien habían transcurrido diez minutos del encuentro y ya el equipo argentino ganaba por dos tantos contra cero. Por ello, el último campeón olímpico y mundial, con el orgullo herido, se vio forzado a buscar el empate.

Pese a los intentos del Orange, no logró concretar las situaciones propicias al gol que tuvo, además de la buena tarea en defensa por parte del conjunto argentino que se lo negó en varias oportunidades.

En la segunda mitad, la Naranja salió con todo, a empatar o morir, por lo que inclinó la cancha a su favor y obtuvo el beneficio del corner corto. Allí estaba Paumen, goleadora del campeonato, esperando lista el servicio de Van As. Era el tercero para Holanda en el partido, las chances anteriores las había resuelto con gran solvencia Belén Succi. Y como no podía ser de otra manera, la tercera fue la vencida para la número 17, quien, con gran potencia, dirigió la bola a la portería para descontar y convertir su gol 12 en el torneo.

Era el minuto 43 y Holanda había achicado la diferencia. Sin embargo, el seleccionado de Retegui no perdió la calma y por intermedio de Soledad García, Argentina tenía sus mejores momentos.

Fue así, que a falta de 15’, tras una buena maniobra de Daniela Sruoga y una serie de salvadas para Holanda, incluidos la atajada de la portera y el palo que le dijo que no a Sole, el tercer gol llegó para Argentina mediante Rebecchi otra vez.

Con el 3-1 clavado en el marcador, las dirigidas por Kruis hicieron los intentos de acortar distancias en el resultado, pero las argentinas, con gran presencia y buena actuación de Succi, le negaron esa posibilidad.

Finalmente, la cuenta regresiva ensordecedora del público llegó y el abrazo de Aymar y Russo segundos antes del final, saltando de alegría y emoción, fue el broche de oro para este partido soñado, en que Argentina se convertía nuevamente, luego de ocho años, campeona del mundo.

Se las veía felices, emocionadas, a puro llanto, satisfechas y orgullosas de ser Leonas. En el podio, cantando y riendo, ellas las campeonas celebraron junto a su gente y fueron premiadas con las medallas doradas y con la ferviente ovación del público que las acompañó.

Y rugieron como nunca, con garra, talento y pasión, de la mano de la mejor del mundo Luciana Aymar, en su casa, demostraron ser ejemplo y modelo a seguir, no sólo por lo logrado, si no por los valores que transmitieron, dentro y fuera de la cancha, por el amor y la entrega que este plantel tuvo y que, de manera significativa, representó los colores celeste y blanco y los elevó a lo más alto.


Salud, campeonas! 

No hay comentarios:

Publicar un comentario